El Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas del Hospital de Niños de La Plata (CIC-Ministerio de Salud de la PBA) fue uno de los seleccionados por el programa “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”, lanzado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Nación. El objetivo será desarrollar una “super” leche para mamás embarazadas y en períodos de lactancia.
La formulación tendrá 18 componentes que mejorarán el estado nutricional de las madres, la producción y calidad de la leche materna para los primeros mil días de los niños y las niñas.
Desarrollado por científicos/as de la provincia, el producto lácteo está diseñado a partir de nutrientes esenciales para madres embarazadas y en período de lactancia con el fin de intervenir nutricionalmente durante los primeros mil días. La producción de la premezcla estará a cargo de una PyME de Santa Fe. La formulación se distribuirá en el resto de las provincias y será una herramienta para complementar programas alimentarios en poblaciones vulnerables.
La formulación tendrá 18 componentesque mejorarán el estado nutricional de las madres, la producción y calidad de la leche materna para los primeros mil días de los niños y las niñas.
“Lo que buscábamos es que fuera un producto líquido que pueda competir fuertemente con la leche en polvo y que tuviera los nutrientes críticos y agua de buena calidad. Nosotros sabemos que tenemos que llegar a lugares donde el agua no es segura y la conservación en heladeras es difícil”, aseguró el líder del proyecto Horacio González, investigador de la CIC y director del Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas del Hospital de Niños de La Plata (IDIP) -CIC/Ministerio de Salud provincial-..
La formulación tiene cerca de 18 componentes. “No es solo la leche, tenemos que agregarle ácidos grasos poliinsaturados: Linoleico, linolénico, DHA. Vitaminas A, C, D; Vitaminas B: B1, B6, B12. Folato. Hierro, zinc, yodo. Calcio, fósforo y magnesio”. La formulación, de esta manera, asegura que durante los primeros mil días -que comprende el embarazo y los primeros dos años del bebé- mejore el estado nutricional de la madre y que tenga una lactancia de calidad.
La leche de los mil días
“Esos primeros mil días son una ventana de oportunidad para intervenir nutricionalmente y que no queden secuelas en las/os niñas/os, que después de los dos años son irreversibles”, afirmó González.
Los mil días comprenden los 9 meses de embarazo más los dos primeros años de vida extrauterina. “Si los/as chicos/as no crecen bien los dos primeros años de vida, pueden engordar, pero la talla no la recuperan más. La consecuencia es que tenemos poblaciones muy vulnerables con baja talla”, dijo González.
Durante los últimos 15 años, el IDIP desarrolló un extenso conocimiento en nutrición aplicada a la salud pública, malnutrición y deficiencia de micronutrientes en la mujer y el/la niño/a. Entre los diferentes trabajos, los y las científicas del instituto detectaron que por deficiencia nutricional “el 30 % de las embarazadas son anémicas”, aseguró González y agregó que “la anemia durante el embarazo aumenta el riesgo de recién nacidos pretérmino, paralelaje estacional, falta de oxígeno que puede dañar órganos vitales, entre una serie de situaciones”.
La falta de nutrientes durante este período se manifiesta en el neurodesarrollo y en sus funciones cognitivas, entre otras. El investigador manifestó que “encontramos que el 15 % de los/as niños/as aparentemente sanos (no es que fuimos a buscar una población de riesgo) tienen alguna alteración de la función cognitiva entre los 6 meses y el año”.
En base a datos como estos, el proyecto busca “favorecer la lactancia: estado nutricional materno y la producción y calidad de la leche materna. Con este lácteo lo que se intenta es que el/la niño/a pueda expresar todo su capital genético y que no haya brechas desde el punto de vista gestacional para el desarrollo de sus capacidades”.
Del laboratorio a las pymes
“Teníamos bien en claro cuál era el producto que queríamos, pero no lo podíamos producir. Por esto nos integramos con Addvance SA, una Pyme de Santa Fe, con experiencia en el diseño e innovación de productos lácteos, ubicada en plena cuenca lechera. De esta manera potenciamos el desarrollo del proyecto”, explicó Horacio González.
Para demostrar la viabilidad del proyecto, el primer paso será producir de 80 a 90 mil litros de producto líquido final que serán entregados a la población vulnerable.
Addvance SA producirá la premezcla que luego será distribuida a diferentes pymes de las provincias con el fin de agregarle agua segura, envasarla y distribuirla. El producto (la formulación) es una premezcla homogénea que requiere mucha manipulación y la tecnología para producirla es compleja.
“Por esto propusimos que esta premezcla pueda ser distribuida a otras pymes pequeñas de todas las provincias que, con requerimientos técnicos y de higiene, puedan sumarle agua segura, envasarla a ultra alta temperatura en tetra pak de 200 ml y entregarla a la población lista para su consumo”, aseguró González.
“El producto se esteriliza a ultra alta temperatura: se pasa bruscamente de una baja temperatura a una muy alta para eliminar bacterias u otro contaminante biológico en un breve lapso de tiempo sin afectar los nutrientes”, especificó.
El proyecto, en este sentido, es innovador por la logística implementada. De lo contrario se necesitaría una inversión muy grande o la intervención de grandes empresas lácteas.
Por otro lado, la iniciativa comprende un proyecto de recolección del material descartable: el envase (los tetra pak) podrán ser reciclados para generar tablas y tablones para la construcción de techos y pisos para hogares. Por otro lado, Horacio González afirmó que “el producto final estará licenciado por la fundación del Hospital de Niños de La Plata y de esta manera pueda recibir un beneficio económico”.
El proyecto fue seleccionado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, bajo el Programa “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”. Para demostrar la viabilidad del proyecto, el primer paso será producir de 80 a 90 mil litros de producto líquido final que serán entregados a la población vulnerable.
Por Alejandro Armentia