Investigadores trabajan en el desarrollo de una máquina trituradora de neumáticos, la primera de fabricación nacional. En paralelo realizan especificaciones técnicas de mezclas asfálticas con caucho para la Dirección Provincial de Vialidad. Ambos proyectos financiados por la Provincia permitirán mejorar las rutas y el tratamiento de los neumáticos que quedan fuera de uso y se acumulan en los municipios. Esto busca evitar contaminación, enfermedades y, a su vez, obtener mayor durabilidad de los caminos, incrementar la seguridad vial y reducir los costos de producción.
Se estima que anualmente en Argentina se desechan unas 150 mil toneladas de neumáticos; de este total, el 40% se localiza en el AMBA. Con más de 20 años de investigación en la temática, el Centro de Investigaciones Viales (LEMaC) -asociado a la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia y la UTN, Regional La Plata- viene impulsando el empleo de neumáticos fuera de uso en distintas aplicaciones.
Ahora, mediante el Fondo de Innovación Tecnológica de Buenos Aires (FITBA), financiamiento impulsado por el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica bonaerense, los especialistas trabajan en los dos extremos de la cadena de valor del caucho reciclado: la trituración inicial del neumático que mejora traslado desde los centros urbanos y, por otro lado, su incorporación en tamaño polvo a las mezclas asfálticas de las rutas de la Provincia.
¡Peligro!, neumáticos en desuso
¿Por qué es importante el tratamiento de neumáticos en desuso? “En un relleno sanitario ocupa un volumen enorme y no es compactable, o sea que hoy por hoy tenemos que buscarle una vuelta, máxime que trae enormes beneficios desde el punto de vista de tener mejores carreteras”, explica Gerardo Botasso, director del LEMaC.
“Agruparlo y no tratarlo multiplica exponencialmente el riesgo de incendio. Es imposible parar su velocidad de combustión, por lo que se transforma en un riesgo enorme”, agrega el experto. También generan peligros para la salud y el medioambiente. “Tirarlos en cualquier lado tiene riesgo de contaminación”, dice. Los neumáticos poseen una baja biodegradabilidad, estimada en más de un siglo.
A esto se suma la propagación de enfermedades: “Una de ellas es el vector del dengue, zika y chikungunya ya que los neumáticos acumulan agua y, por otro lado, la acumulación de neumáticos propicia la aparición de roedores y las enfermedades que estos transmiten”.
El acopio de neumáticos en los rellenos sanitarios supone un alto impacto en el ambiente y la salud pública y afecta a gran parte de los municipios. En ese sentido los expertos avanzan en la transferencia del conocimiento generado en el laboratorio al sector productivo y al Estado. Es así que se está diseñando una trituradora primaria junto a Astilleros Río Santiago y elaborando una “receta” para la Provincia en la que se señala cómo el residuo de neumáticos debe ser incorporado a las mezclas asfálticas.
Estos avances se dan en un contexto inédito y Gerardo Botasso se ilusiona: “está por entrar en vigencia la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor”. Esta ley obligará a todos los importadores o fabricantes de neumáticos a reciclar gran parte de lo que entra al país o produce. “La Ley sigue al neumático hasta su tumba”, sentencia el experto. Pero, ¿por dónde empezar?
Hecha en Argentina: máquina trituradora de neumáticos
“Nuestro know how es estar en toda la cadena de valor del caucho, desde el origen hasta la utilización”, dice Botasso. Para esto un equipo del Departamento de Mecánica de la UTN y Astilleros Ríos Santiago se encuentran diseñando una trituradora primaria de neumáticos.
Botasso indica que “uno de los problemas de trasladar el neumático es el gran volumen que ocupa y el gasto en transporte que está asociado”. En ese sentido, la máquina tendrá como finalidad triturar el neumático en chips de 5 x 5 cm. “Es importante disminuir su volumen en un tercio para facilitar su traslado”, explica.
El diseño de esta máquina corre por cuenta de la UTN en tanto la fabricación la hará Astilleros que podría comercializarla a los municipios. ¿Por qué a los municipios? “Si bien se promueve una ley de presupuestos mínimos a nivel nacional, el residuo del neumático es un residuo de jurisdicción municipal -es un residuo urbano-, entonces hay que trabajarlo a través de ordenanzas municipales”, aclara el especialista.
“Única en el país”
El ingeniero Juan Arrospide está a cargo del diseño de la máquina. “El objetivo -dice- es estudiar el comportamiento del triturado de neumáticos. No hay datos de cuánta fuerza ejerce el neumático al ser desgarrado, qué potencia necesita y qué materiales son los óptimos”. Por esto resulta importante para los investigadores hacer un análisis de la mecánica del triturado.
En principio, este análisis consiste en un modelado mediante impresoras 3D que permite materializar la trituradora para hacer las pruebas iniciales. En paralelo, los expertos están desarrollando una trituradora industrial, el modelo final. “Una vez que tengamos toda esa información se la cedemos al Astilleros para que la fabrique y será única en el país porque no hay una de esta magnitud”, dice Arrospide.
Otra máquina podría transformar el chip en granulado. Estos dos primeros contienen fibras y metales. El chip se puede emplear como combustible alternativo para hornos cementeros. El granulado se puede emplear, por ejemplo, en pisos industriales. En una última etapa del proceso el neumático se reduce a tamaño polvo (menor de 0,7 mm) y este se puede incorporar en las mezclas asfálticas.
“La máquina que estamos diseñando se encuentra en el inicio del proceso que permite una mejor gestión del neumático. Esto es el acopio y el transporte con mayor eficiencia”, aclara Botasso.
“Pero -advierte el especialista-, necesitamos generar alternativas de dónde utilizar ese reciclado”. Y agrega: “Así como estamos con quienes trituran -que sería el origen de esta nueva materia prima- también tenemos que estar en la última instancia de la cadena de valor que es lo que nos financia el FITBA: generar las especificaciones técnicas de la vialidad”.
Mezclas asfálticas con caucho ¿Cuáles son los beneficios?
Incorporar caucho reciclado a las carreteras mejora la seguridad vial, la durabilidad de las obras y reduce costos. “Permite generar mezclas asfálticas menos deformables y que se rompen menos”, asegura Botasso. La durabilidad de las obras viales es uno de los factores más importantes. “Con un asfalto convencional tenés que volver a reparar las rutas a los cuatro o cinco años, con un asfalto con caucho puede durar diez, doce o más años”, explica.
Y agrega: “La fricción entre los neumáticos de un vehículo y la calzada es mucho más alta. Por ejemplo, en un frenado de emergencia con pavimento mojado se frenan a una distancia más corta”.
También se pueden hacer capas asfálticas con menor espesor. Esto está asociado a los costos y al impacto ambiental. “Si en una mezcla asfáltica convencional se trabaja con 3 pulgadas de espesor, dependiendo el tipo de mezcla, uno podría bajarla a 2 pulgadas”. De esta manera, bajando el espesor de la capa también se baja el consumo de áridos, baja el impacto ambiental que se genera en consumir esos áridos y, por otro lado, el caucho reciclado está reemplazando a polímeros vírgenes que se utilizan para las mezclas que Argentina, en general, trae del exterior. “Hay una sustitución de materia prima muy importante”, afirma.
Hasta ahora en el país se han realizado tramos de prueba con agregado de caucho en caminos de La Plata, en la provincia de Buenos Aires y Córdoba. “Lo dramático es que estamos haciendo tramos de pruebas todavía cuando no hay que probar nada. Es una tecnología verde, amigable, durable y disminuye costos”, señala Botasso.
“La receta” para mejores caminos
Ante estos beneficios, los expertos se encuentran realizando especificaciones técnicas de mezclas asfálticas con caucho para la Dirección Provincial de Vialidad de la Provincia de Buenos Aires. “Eso tiene un impacto enorme porque sería la primera vialidad de Argentina que tiene mezclas especificadas dentro de sus pliegos”, señala Botasso.
Estas especificaciones son la “receta” que los técnicos que proyectan las rutas necesitan para saber cómo elaborar la mezcla con caucho. “Le decimos a aquellos ingenieros y técnicos de obra la receta completa: cómo incorporar el caucho, cómo dispersarlo, a qué temperatura tiene que compactar, como se extiende, cuál es la trabajabilidad, cómo se recupera, cómo se mide la calidad y cómo se controla”.
¿Cuál es la importancia de esta “receta”? “Mientras no estén especificadas, quienes proyectan los caminos no van a incluir cosas que no están reglamentadas”, dice el director del LEMaC. “Lo que tendría Vialidad sería la receta perfecta de cómo hacerlo para que nadie se equivoque porque tiene su especificidad”.
El investigador asegura que “esto va a impactar en la durabilidad de las rutas bonaerenses que es por donde sale la producción de la Provincia, por donde la comunidad, la salud, la educación se vinculan. La red vial necesita soluciones más durables y esta es una de ellas.”
Por Alejandro Armentia