La epilepsia es una de las patologías neurológicas crónicas más frecuentes. Muchas veces puede sobrellevarse con un correcto tratamiento farmacológico que puede incluir aceites de cannabidiol. “Nuestro Centro es el primero en nuestro país que ha realizado una investigación con cannabis como tratamiento para la epilepsia en pacientes adultos”, afirma la doctora Silvia Kochen, directora del Departamento de Epilepsia del centro Estudios en Neurociencia y Sistemas Complejos (ENyS) (UNAJ-CONICET) que funciona en el Hospital El Cruce de Florencio Varela. Allí se desarrolla el proyecto de investigación “Estudio de eficacia y seguridad de cannabis en pacientes con epilepsia refractaria. Cuantificación de niveles plasmáticos”, que recibió financiamiento de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia a través de la convocatoria RIDEE.
La investigación viene demostrando que los pacientes con epilepsia tratados con aceite de cannabis redujeron la frecuencia de sus crisis así como sus niveles de ansiedad y depresión. El componente clave para este tratamiento es el cannabidiol (CBD).
Pocos países de la región tienen acceso al cannabis como medicación. La mayoría lo catalogan como narcótico prohibido, pero Argentina ha reglamentado desde 2017 su uso, aplicación y estudio con fines medicinales e industriales. “Es un logro grande para el país y la Provincia que podamos aplicar el cannabis como tratamiento para la epilepsia”, dice el doctor Luis Rivas, neurólogo egresado de la Universidad de Los Andes en Mérida, Venezuela. Es uno de los tantos becarios que vienen de otros países de Latinoamérica a especializarse en epileptología en el nosocomio del conurbano sur.
Los pacientes que llegan a ser tratados en el Hospital El Cruce padecen en muchos casos de epilepsia que no responden a los tratamientos habituales y que se denominan “resistente a las drogas”. Los estudios del ENyS describen que entre el 30 y el 40% de los pacientes continúan presentando crisis que deterioran significativamente su calidad de vida, incluso con riesgo de lesiones y riesgo de vida.
“Cuando el paciente cumple con las condiciones específicas para ser diagnosticado con este tipo de epilepsia, se lo incorpora a un protocolo diagnóstico, estudio de sus crisis a través de Video-EEG, se lo interna en la Unidad de Video del hospital” (única en un centro público de la provincia de Buenos Aires), para indicarle la mejor opción terapéutica, explica el doctor Rivas.
“El tratamiento con aceite de CBD se monitorea de la misma forma que otros fármacos”
¿Qué puede ocasionar que una persona sea propicia a padecer epilepsia? Las causas son muy variables y van desde malformaciones durante el embarazo hasta patologías tumorales, metabólicas o genéticas. El de mayor riesgo es lo que se conoce como “estatus epiléptico”, debido a que el paciente sufre de alta epileptogenicidad (es decir, tiene mayor predisposición a sufrir crisis de epilepsia) y su nivel de conciencia se afecta gravemente.
El hospital El Cruce cuenta con tres unidades para internación (conocidas como “de Video-EEG) que incluye dos habitaciones destinadas a pacientes adultos y una para pediatría. Los pacientes de alta complejidad epiléptica se mantienen 24 horas al día conectados con electrodos al cuero cabelludo que graban las actividades cerebrales eléctricas; mientras una cámara en el techo registra los síntomas físicos de las crisis que puedan sufrir. El sector de epileptología está conformado por un equipo interdisciplinario que incluye psicólogos, neuro radiólogos, neurocirujanos y epileptólogos.
Algunas epilepsias tienen solución quirúrgica y otras más leves pueden sobrellevarse con soluciones farmacológicas. “Ofrecemos la opción de tratamiento con aceite de cannabis cuando el protocolo de estudios concluye que lo mejor para el paciente es un tratamiento farmacológico y se descarta la cirugía de epilepsia. Se trata de una opción más entre otras, siempre adecuada al paciente y al caso clínico. En general se usa como un complemento al tratamiento con otros fármacos”, explica la doctora Kochen y agrega que el tratamiento con cannabis “es monitoreado de la misma forma que otros medicamentos”.
Si la enfermedad no es tratada oportunamente puede ocasionar efectos muy negativos en la vida de los pacientes. “Según nuestros estudios los pacientes presentan mejoras en las frecuencias de crisis”, asegura Silvia Oddo, coautora de la investigación, e investigadora del CONICET. Uno de los estudios realizados por el grupo de investigación en pacientes adultos en seguimiento ambulatorio en el hospital público durante 6 meses arrojó que: de un total de 44 pacientes, el 5% no tuvo crisis, el 32% redujo más del 80% de sus crisis y el 87% de los pacientes redujo el 50% de sus crisis mensuales; mientras que el 11% presentó una disminución de menos del 50% en la frecuencia de las crisis. “También observamos una mejoría significativa en las escalas de depresión y ansiedad”, agrega la investigadora.
“Recientemente hemos iniciado algunas nuevas líneas de investigación en relación a observar las posibilidades de interacción con otras moléculas que use el paciente, la dosis indicada ideal, la presencia de otros impactos y los efectos positivos o negativos en la población”, comenta Oddo.
Silvia Kochen: “Sin financiamiento público no se podría llevar a cabo esta investigación”
La alternativa del cannabis en la salud existe desde los inicios de la humanidad. Fue a principios del siglo XX cuando se instaló la prohibición del uso del cannabis lo cual la dejó fuera de las investigaciones en salud humana. En las últimas décadas fuimos testigos de un proceso de despenalización en varias partes del mundo, lo cual abrió la puerta a que se investigue. “Algunas drogas de venta libre pueden provocar daños irreversibles, incluso mortalidad si se utilizan a dosis elevadas. Pero no existen reportes de muerte por uso de cannabis”, afirma la directora del proyecto en el centro de investigación del hospital, Silvia Kochen.
En el caso de la epilepsia fue la propia ciudadanía la que interpeló a la comunidad científica y médica para que investigue las propiedades de la planta. “La poca evidencia que había de parte de usuarios y usuarias era contundente: el cannabis era muy efectivo para tratar la epilepsia“, explica Silvia Kochen al recordar los inicios de la investigación entre 2014 y 2015.
¿Por qué es efectivo el cannabis para paliar la epilepsia? “La hipótesis más consensuada es que tendría un efecto inhibidor en el predominio de la red neuronal epiléptica” afirma la doctora que coordina la Red de Cannabis de CONICET junto a 300 profesionales de la ciencia en este rubro.
La razón por la que se usa el aceite de cannabidiol (o CBD) es por una cuestión de practicidad. “Siempre que hay un tratamiento se busca que el consumo de la medicación sea práctico”, explica y añade que el aceite es también un método económico en relación a otros tratamientos.
“Hubo un crecimiento exponencial en torno al uso del cannabis que se puede constatar a partir de las publicaciones científicas de diferentes autores, incluidas las nuestras. Hay otras investigaciones orientadas a evaluar su eficacia en otras patologías, como el dolor crónico, el insomnio o la ansiedad, entre otras”, asegura la doctora.
Por otro lado, en la ENyS se hace el control de calidad de la resina o de material vegetal de productos que contienen cannabis o derivados, a través de métodos químicos con estándares internacionales. Los productos para su análisis provienen de todo el país, y de países vecinos, de pacientes, cultivadores solidarios, laboratorios de investigación, o productores industriales. También se realizan y coordinan dos Diplomaturas virtuales, con base en la UNAJ, desde 2021 “Cannabis”, y “Cannabis Superior”, lo cual lo consagra como un lugar de vanguardia en este tipo de estudios.
“Hay un proceso de legitimidad y legalidad del uso del cannabis“, opina la doctora desde su oficina en el hospital y cita el reciente caso de Alemania donde se aprobó el consumo recreativo o adulto para mayores de 21 años. “Se suma a la lista de países que eligieron el camino de la despenalización del uso de cannabis los últimos años”, resaltó.
Respecto a la importancia de este trabajo para la provincia, Kochen analiza: “Cualquier investigación tiene que buscar generar una situación nueva a partir de información que ya tenemos”. “Tiene que servirle en lo mediato o lo inmediato a las y los pacientes” asegura y agrega que “también tiene que ser ética y estar al servicio de nuestro pueblo, que es el que lo financia a través del Estado”.
“Sin el financiamiento estatal y el espacio de trabajo en un hospital público no se hubiese podido realizar esta investigación. Todas y todos los que trabajamos acá percibimos nuestros salarios del sector público”, completa la directora del proyecto Silvia Kochen.
El proyecto “Estudio de eficacia y seguridad de cannabis en pacientes con epilepsia refractaria. Cuantificación de niveles plasmáticos” se lleva adelante en el centro Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos (ENyS) dependiente del CONICET y la Universidad Nacional Arturo Jauretche en la Unidad Ejecutora Hospital El Cruce. Forma parte de la Red de Investigación y Desarrollo en Ejes Estratégicos de la Provincia de Buenos Aires (RIDEE-PBA) de la CIC.
Juan Vera Visotsky