En Tandil hay registros de actividad cartonera desde hace más de 25 años. Sin embargo, luego de años de lucha por su reconocimiento, las y los recuperadores urbanos lograron conformar una cooperativa que hoy lleva comercializadas más de 800 toneladas de reciclables. “En Tandil, como en muchas ciudades del país, son las y los cartoneros los que más materiales recuperan”, indicó Luciano Villalba, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Ambientales (CINEA) -CIC, UNICEN-.
“La suerte de las y los cartoneros de Tandil no hubiese cambiado si no fuera por los logros de la alianza del sector cartonero con otros sectores de lo que hoy llamamos ‘economía popular’”, afirmó Villalba.
EL CINEA colaboró en la conformación de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos e iniciaron acciones que incluyeron la implementación de una Zona Verde de recolección. “También generamos indicadores de reciclaje que permitieron mostrar que en Tandil, como en muchas ciudades del país, son las y los cartoneros los que más materiales recuperan”, explicó Villalba.
Esto permitió que la cooperativa exigiera con mejores argumentos un reconocimiento social. “Sin embargo, la difícil realidad del sector hizo que la cooperativa tuviera severos problemas internos que la llevaron prácticamente a desaparecer a fines del 2016”, aclaró Villalba.
Tras varios años de crecimiento económico y empoderamiento de los sindicatos, el MTE y otras asociaciones fundaron la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), un sindicato de trabajadores de la economía popular (hoy Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
“Uno de los logros más importantes de esta alianza fue la aprobación, por parte del congreso nacional, del Salario Social Complementario para trabajadoras/es de la Economía Ppopular. Esta herramienta, combinada con el trabajo militante de organizaciones sociales, sirvió en el caso del sector cartonero, como catalizador para la formación de cooperativas de recuperadores urbanos”, aseguró Villalba.
Por este motivo, la cooperativa se consolidó en 2018, permitiendo a las y los recuperadores vender los materiales reciclables a mejor precio y trabajar en mejores condiciones. “Ese año, con el apoyo de la universidad local y otras instituciones (como la Mesa GIRSU), y como resultado de 5 meses de lucha, lograron que el Municipio les diera un subsidio para alquilar un galpón que les permite procesar más tipos de residuos y mayores volúmenes que antes”, indicó.
“Hoy llevan comercializadas colectivamente más de 800 toneladas de reciclables y están preparados para trabajar con grandes generadores de residuos en el marco de la nueva Resolución 317/20 de la OPDS, si obtienen apoyo de las autoridades municipales locales. Esto forma parte de su lucha actual”, manifestó Villalba.
Por Alejandro Armentia