El director Provincial de Vinculación y Transferencia de la CIC, Roberto de Rose, recibió a un equipo técnico de AySA que visitó la planta de abatimiento de arsénico diseñada por investigadores de la UPL, unidad conformada por la Planta Piloto Multipropósito (PlaPiMu) y el Laboratorio de Servicios a la Industria y al Sistema Científico (LaSeISic).
AySA, la empresa encargada de proveer los servicios de agua y cloacas a 26 partidos del conurbano bonaerense y la Ciudad de Buenos Aires, está interesada en métodos alternativos para eliminar arsénico del agua. Roberto de Rose los recibió en la UPL, ubicada en el campus de la CIC en Gonnet, donde se encuentra un modelo de la planta que permite llevar el agua contaminada a niveles aceptables para el consumo humano.
Por parte del equipo científico se encontraban Jorge Jios, director de la UPL, Edgardo Soto y Guido Mastrantonio, investigadores.
Desde hace años la UPL viene trabajando en una planta piloto de abatimiento de arsénico que elimine de forma segura el arsénico y flúor de aguas que se extraen de napas. Para la remoción del arsénico, la planta emplea una arcilla específica que por su composición permite limpiar el agua de este contaminante y volverla apta para su consumo.
Los investigadores de la UPL destacaron que ya llevan instaladas algunas plantas de este tipo en escuelas rurales de la Provincia: La Viruta (Punta Indio), Paraje La Dorita (Carlos Casares) y en Hale (Bolívar), entre otras.
Estas plantas están compuestas por tres tanques. El primero es el reactor donde se coloca el adsorbente y el agua. En el segundo tanque se completa la sedimentación y se logran valores de turbidez establecidos por las normas vigentes. Luego, el agua se pasa a un tercer tanque para su almacenamiento.
Este sistema puede producir hasta 2 mil litros de agua por día, pero es escalable. La arcilla de la planta puede durar hasta 7 años, estos son de 400 a 500 ciclos. Y, mediante este método, lograron bajar los niveles de arsénico de 180 a 5 ppm (partes por millón) cuando, según el Código Alimentario Argentino, los niveles recomendados no deberían superar las 10 ppm.
Por otro lado, el residuo, es decir la arcilla que retiene el arsénico, se puede convertir en ladrillos o bloques de concreto para que no vuelvan al ambiente. Además de conocerse la eficiencia de este método, la ventaja de esta planta reside en su bajo costo y simple operatividad.
El equipo técnico de AySA emplea métodos como membranas, ósmosis o intercambio iónico con el mismo fin: eliminar el arsénico del agua. Sin embargo, todo ellos tienen ventajas y desventajas, por ese motivo se interesaron en el método desarrollado por los investigadores de la UPL.
El arsénico que afecta a las napas de gran parte del país se debe a las emanaciones volcánicas producidas hace miles de años y que a lo largo del tiempo han decantado en las aguas subterráneas. Hoy se cree que en Argentina hay más de 2 millones de personas afectadas por esta problemática.