Investigadoras del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), centro asociado a la CIC, estuvieron a cargo de la coordinación científica y técnica del desarrollo de “BIBA”, un alimento bebible a base de quinoa que se presentó la semana pasada y que tiene el propósito de cubrir las necesidades de los sectores con mayores vulnerabilidades.
Las doctoras Andrea Gómez-Zavaglia y Maria Cecilia Puppo, directora y vicedirectora del CIDCA, fueron quienes coordinaron el proyecto. “El objetivo que nos propusimos como centro fue obtener un alimento bebible a base de quinoa, algo que, por sus propiedades físicas y químicas, significó todo un desafío tecnológico”, detalló Gómez Zavaglia. La fórmula fue trabajada en conjunto por la Dra. Victoria Salinas, investigadora del CIDCA, y los Dres. Gonzalo Palazolo y Darío Cabezas, de la Universidad Nacional de Quilmes.
“El objetivo que nos propusimos como centro fue obtener un alimento bebible a base de quinoa, algo que, por sus propiedades físicas y químicas, significó todo un desafío tecnológico”
detalló Gómez Zavaglia
Se trata de un producto rico en minerales como el magnesio, fibras, proteínas y vitaminas A, D2, E y B12; es una fuente de calcio y no contiene sacarosa, conservantes, ni lactosa por lo que mantiene su sabor natural. También se encuentra libre de gluten y su consumo es apto para personas con intolerancia a esta proteína.
La producción estará a cargo de la PYME argentina Babasal S.R.L, con experiencia en la elaboración de bebidas saludables a base de vegetales, quien pondrá en marcha su fabricación y distribución. El envasado será realizado mediante la tecnología tetra pak, lo que garantiza que las propiedades del alimento se mantengan durante aproximadamente diez meses. El vínculo con esta empresa fue establecido por el Dr. F. Colluccio-Leskow (UNLu).
“Fue un proyecto científico tecnológico pero también le dimos una relevancia institucional al estar tanto directora y vice con sus respectivos grupos. El rol del CIDCA fue central porque contó con la participación de personas como Emiliano Kakisu en la coordinación y gestión, que si bien hoy no trabaja en el centro, se formó en él y actualmente está armando su grupo de investigación en la UnLa”, agregó Zavaglia.
“Fue un proyecto científico tecnológico pero también le dimos una relevancia institucional al estar tanto directora y vice con sus respectivos grupos. El rol del CIDCA fue central porque contó con la participación de personas como Emiliano Kakisu en la coordinación y gestión, que si bien hoy no trabaja en el centro, se formó en él y actualmente está armando su grupo de investigación en la UnLa”
agregó la investigadora
Por otra parte, el proyecto también contó con el trabajo administrativo y contable del CIDCA en lo relacionado a los concursos de precios, la compra de los equipos necesarios para su desarrollo, entre otros. “Sin el trabajo de la Lic. Liliana Kunz, CPA del CIDCA, habría sido todo más difícil. Queríamos sacar el producto al mercado y se logró”, enfatizó Gómez-Zavaglia”.
En el desarrollo de la bebida participaron también otras universidades e instituciones como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de la provincia de San Juan y productores regionales, cuyo trabajo fue clave en el cultivo de la quinoa (algo que, por otra parte, se realiza con técnicas agroecológicas y genera trabajo en las economías locales y familiares del lugar).
El producto recibió dos reconocimientos. El primero en el año 2019 como parte del Concurso Nacional de Innovaciones (INNOVAR) lanzado desde la entonces secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y, por otro lado, un reconocimiento de parte de la Cámara de Senadores de La Nación por su labor como centro de investigación de alimentos en el desarrollo de esta bebida.
“Es una gran satisfacción que un producto de estas características se trabaje desde un instituto de alimentos y salga al mercado. Nos llena de orgullo. Fue un gran trabajo en equipo donde cada uno aportó sus conocimientos y labor”, concluyó la directora.
Por Mariana Hidalgo